Este miércoles 9 de noviembre, el agricultor y recordado empresario del valle de Copiapó, Alfonso Prohens Arias, tras ser exhumado desde Santiago será trasladado a la Región de Atacama para descansar junto a su esposa Berta Espinosa Ansieta en el cementerio municipal de la capital regional.
Según revelan fuentes cercanas a la familia, la intención detrás de esta acción fue de que ambos padres estuvieran juntos en el mausoleo familiar en Copiapó. A partir de las 10 de la mañana se realizará la recepción en el cementerio, la cual será expedita, en respuesta a las condiciones sanitarias.
“Alfonso Prohens Arias, vuelve a la zona que lo vió crecer, emprender y formar familia. Lo justo es que sus restos descansen en el Valle de Copiapó junto a su esposa”, cita su biografía.
Finalmente, la familia nuclear agradeció las muestras de cariño hacia sus padres y espera que puedan despedir a ambos padres desde las tierras que los vieron desarrollarse como familia.
Biografía Alfonso Prohens Arias
Alfonso Prohens Arias proviene de una familia compuesta por su padre Jaime Prohens Juan, nacido en Felanitx Mallorca, España, y por su madre Zoraida Arias Acevedo, oriunda de Combarbalá, Región de Coquimbo y sus siete hermanos, dos fallecidas a corta edad y Rafael que a los 24 años falleció un 4 de diciembre cuando viajaba por tierra a Mendoza junto a su padre. Le siguieron sus hermanos Jaime, Guillermo y María. Nació un 11 de junio de 1916, en la ciudad de Ovalle.
Provenía de una familia sencilla, muy unida y trabajadora, con fuertes lazos familiares y de muchos valores. Destacaban en ellos; la honradez, el respeto, la amabilidad, perseverancia, el esfuerzo y la resiliencia. Muchas veces tuvieron que enfrentar y superar situaciones difíciles, duras, de toda índole.
Alfonso Prohens Arias hizo sus estudios en el Seminario Conciliar de La Serena, donde egresó de sexto año de humanidades para luego seguir sus estudios universitarios en Santiago. En la capital estudió Agronomía en la Pontificia Universidad Católica de Chile, egresó de la carrera de Agronomía, pero no se tituló. Se fue a trabajar al Fundo Mal Paso, al interior de Ovalle junto a su padre y su hermano Jaime, mientras Guillermo terminaba sus estudios universitarios en Santiago.
Cuando estudiaba en la universidad formó parte del equipo de fútbol amateur de la Universidad Católica, jugó el primer clásico universitario hasta que se transformaron en jugadores profesionales. Cuando se cumplieron los 60 años de ese primer encuentro, recibieron un reconocimiento del cuál fue homenajeado tras participar en ese primer encuentro universitario. Se instaló una placa recordatoria de este gran evento deportivo.
Cuando Alfonso Prohens Arias falleció, la familia cruzada le dedicó un minuto de silencio en la antesala de un partido y así recordaron a este histórico jugador.
Alfonso Prohens Arias, siempre estuvo dispuesto a colaborar con todo lo que su padre le pedía y requería, por lo mismo, ya casado con Berta Espinosa Ansieta, vivieron sus primeros años de matrimonio en distintos lugares campestres de propiedad de la familia como; el Fundo Mal Paso, Chañaral Bajo en Ovalle, Fundo San Pedro y El Retiro en Santa Fe, Argentina. Estando al otro lado de la frontera, su padre le envió una carta, donde le contaba que había adquirido unas propiedades agrícolas al interior del valle de Copiapó, (Hornito) y otro desde Copiapó hacia el norte (San Pedro de Marquesado). En esa carta su padre le propuso si quería trabajar esos predios y así lo hizo. Alfonso y Berta con sus dos hijas mayores se instalaron en Hornito, comuna de Tierra Amarilla.
De Santa Fe, Argentina, viajaron directo al campo donde todo era árido y seco, en una casa de más de 100 años sin luz eléctrica, ni agua potable.
Allí, Alfonso Prohens Arias, con tesón, esfuerzo y sin maquinaria adecuadas, logró levantar los primeros parronales de uvas de mesa para exportar. Ese fue un trabajo duro, titánico, pero lo logró y en los años 1951-1952, ya exportaba las primeras uvas desde Atacama a los Estados Unidos, a través de la exportadora Pruzzo y Cia.
No habían carreteras asfaltadas ni camiones frigoríficos, tampoco puertos cercanos, por lo que debían hacer los embarques en el puerto de Valparaíso.
Al igual que su padre, Alfonso fue un hombre visionario, trabajador, luchador para transformar hábitos o normas que no eran las adecuadas o ágiles para emprender, lo que le llevó a tener varias veces discusiones fuertes con personajes de la política de ese entonces. Con el tiempo, esas relaciones se fueron suavizando y lograron ser grandes amigos, y uno de ellos se transformó en su consuegro con quién a lo largo de los años recordaban esos episodios y gozaban mucho riéndose.
Trajo al Valle de Copiapó, la técnica de riego por goteo luego de viajar a Sudáfrica y conocer esa tecnología que su hijo Alfonso, le mostró que existía por un reportaje que había leído en una revista agrícola.
La implementación de esta nueva forma de riego, permitió optimizar el recurso hídrico en una zona donde era escasa. Hoy el valle de Copiapó tiene el 95% de sus cultivos bajo tecnificado, siendo el más avanzado en Chile. Fue el primero en levantar parrones en los faldeos de las quebradas, asegurándose de encauzarlas debidamente y evitar daños futuros.
Sufrió mucho, era de pocas palabras para expresar la tristeza que fue enfrentarse a la Reforma Agraria, donde le dejaron 14 hectáreas y sin casa. Vivió casi un año en carpa junto a su señora, puesto que en esa época no había stock de casas prefabricadas en todo Chile. Esta experiencia la vivió como un verdadero scout con los pies bien puestos, sin quejarse y con el convencimiento que trabajando con ánimo, alegría y tesón, saldría adelante.
Señalan los hijos que luchó y habló con cuantas autoridades de la época para entender el trasfondo de esa decisión por parte de la CORA, puesto que sus campos estaban catalogados en categoría A, lo que significaba que estaban bien explotados y sin problemas sociales con sus trabajadores. No consiguió nada, no le pagaron las tierras expropiadas como tampoco llegaron los bonos de expropiación.
Para muchos fue difícil entender cómo logró soportar tanta presión e injusticia. A pesar de los malos momentos qué pasó, él siguió hacia adelante sin tomar medidas para defenderse. Siempre fue así, siempre miró con optimismo de que algo se lograría. A sus 57 años empezó de nuevo a levantarse, hoy es reconocido en todo el mundo agrícola por su contribución al desarrollo a esta Industria, lo cual llena de orgullo a la región y a nuestro país.
Su último proyecto fue en el Fundo Rodeo, el cual logró concretar en una vida dedicada a su familia, al trabajo y al campo.
Fue una persona honesta, sencilla, visionario y luchador por lo que creía justo. A esto se le sumaba el amor que sentía por su “Tita”, con la cuál lograron vivir 72 años de matrimonio y con quién alcanzó a celebrar el 13 de junio del 2014. Al mes siguiente, Alfonso Prohens falleció y todos en la zona del valle quedaron sorprendidos que sus restos no descansan en Copiapó. El motivo fue que su esposa se encontraba internada por neumonía y pidió dejarlo temporalmente cerca de ella para poder visitarlo, y para cuando ella partiera quería traerlos a los dos a su Copiapó querido.
Ahora que Berta “Tita” Espinosa, se encuentra en el mausoleo de la familia en Atacama, los hijos con antelación iniciaron los trámites para la exhumación de los restos de Don Alfonso, los cuales llegarán al cementerio municipal el próximo miércoles 9 de noviembre a las 10:30 de la mañana. Alfonso Prohens Arias, vuelve a la zona que lo vió crecer, emprender y formar familia. Lo justo es que sus restos descansen en el Valle de Copiapó junto a su esposa.
