Colo Colo pasó por arriba de la Universidad de Chile. Los albos vencieron 3-1 a los azules y alargaron aún más su paternidad en los Superclásicos. Y el partido disputado ayer domingo en el Estadio Nacional dejó una serie de hechos que ocurrieron antes, durante y después del lance. La dispar llegada de ambos equipos Se sabía que la Universidad de Chile era la que mejor llegaba al Superclásico. Y eso se demostró desde que los buses arribaron al estadio Nacional. Estados de ánimos totalmente opuestos.
Los primeros en llegar fueron los albos. A las 10:18 horas. Y todos en silencio, con cara de pocos amigos. Sobre todo la de Pablo Guede. Pasaron uno a uno en completo silencio. 8 minutos más tarde fue el turno de los azules. Y el clima era otro. Fueron recibidos por una comitiva que los esperaba a la bajada del bus, Hoyos saludó a todos con un beso y un abrazo, saludó a los medios presentes. Y todos sus jugadores repitieron el ritual. Incluso apenas ingresaron a camarines se empezaron a escuchar los gritos de apoyo. Problemas para ingresar Bryan Vejar fue uno de los «cortados» por Pablo Guede que ni siquiera fue al banco de suplentes en el triunfo 3-1 sobre la Universidad de Chile. Pero igual llegó al Nacional a apoyar a sus compañeros. Aunque no sin problemas. El lateral tuvo muchos inconvenientes en la entrada del recinto ya que no estaba acreditado. Y como no llegó con el resto del plantel, los funcionarios de seguridad le pusieron trabas para dejarlo pasar. Tuvo que llegar uno de los asistentes de Colo Colo para mediar, aunque la conversación con los trabajadores de la U no fue de las mejores. «Cuando van al Monumental los atendemos con los brazos abiertos. Y ustedes aquí puros problemas», fue su queja. Finalmente Vejar ingresó y vio el lance con Julio Barroso. La preocupación de Rueda Faltaba cerca de 40 minutos para el pitazo inicial cuando se dejó ver el técnico de la selección chilena, Reinaldo Rueda. El colombiano llegó acompañado del gerente de selecciones, Ian Mc Niven, y se detuvo para hablar con los medios.
Espectacular recibimiento azul Los hinchas de la Universidad de Chile hicieron sentir la localía. Cuando el plantel laico pisó el campo de juego, tuvieron un impresionante despliegue multicolor. Desde las afueras del Estadio Nacional se lanzaron numerosos fuegos artificiales, mientras que en la pista algunos fanáticos usaron extintores con los colores azul y rojo. Además, desplegaron una enorme bandera que cubrió todo el sector del tablero marcador. Celebración de Pinilla y acusación de Paredes Muy temprano en el partido, recién a los 5 minutos, Mauricio Pinilla puso en ventaja a los azules. La algarabía fue total en el Estadio Nacional que retumbó con la celebración de la numeroso barra. Y «Pinigol» no encontró nada mejor que festejar su diana justo donde estaba la barra y banca de Colo Colo. Los insultos de grueso calibre no se demoraron en caer, así como tampoco el enojo de Esteban Paredes, quien acusó a su rival ante el árbitro Roberto Tobar. El juez no tomó en cuenta al «Tanque». Y el 7 albo se desquitaría cuando marcó el empate transitorio y pasó por al lado de los suplentes laicos tomándose la oreja de que no los escuchaba. De Baeza para Guede Colo Colo ya vivía una fiesta. Le ganaba por 2-1 al archirrival y dominaba todas las acciones con los dos notables goles de Esteban Paredes. pero faltaba la guinda de la torta. La que llegaría a los 85 minutos. Claudio Baeza rompió filas y se fue con todo en busca del arco. Tanto así que llegó al área y definió con sutileza ante la salida de Johnny Herrera. Y en su celebración corrió raudo a dedicárselo al técnico Pablo Guede. Se lanzó sobre él y lo abrazó. Una enorme muestra de apoyo.