El video en el que su padre le gritaba a los policías que lo inmovilizaban que no podía respirar se volvió viral en todo el mundo.
El trágico final de Eric Garner, muerto después de que la policía lo detuviera por, presuntamente, vender cigarrillos ilegalmente en las calles de Nueva York, convertiría a su hija en un símbolo.
Ella, Erica, haría de la exigencia del fin de la violencia policial contra los negros de Estados Unidos su causa. Se convirtió en una de las activistas más destacadas del movimiento «Black Lives Matter» (Las vidas de los negros importan).
Falleció este sábado a los 27 años.
Llevaba en coma desde el pasado 23 de diciembre, cuando le dio un ataque de asma que acabó produciéndole una insuficiencia cardíaca.
Su cuenta de Twitter, gestionada por su familia, anunció que la falta de oxígeno le había causado graves daños cerebrales.
«Madre, hija, hermana, tía. Su corazón era más grande que el mundo. Realmente lo era», dijo un mensaje publicado en su cuenta en esta red social.
«Ella se preocupaba cuando la mayoría no lo hacía. Era buena. Solo persiguió lo que estaba bien, fuera lo que fuera. Nadie le hizo justicia».
El incidente en el que Eric Garner, de 43 años y padre de seis hijos, perdió la vida se produjo en julio de 2014 en Staten Island, Nueva York.
Eric Garner era asmático, como su hija.
En la grabación del episodio se le escuchaba gritarles a los agentes: «No puedo respirar».
El movimiento Black Lives Matter convertiría la frase en uno de sus más frecuentes gritos de protesta.
Ningún procesado
El examen forense dictaminó que la muerte de Eric Garner había sido un homicidio, pero un gran jurado decidió no procesar a ninguno de los agentes que tomaron parte en la detención.