La secretaria del Conservador de Bienes Raíces de Villa Alemana, Patricia Aldunate, aseguró que Johanna Hernández fue a consultar por las propiedades de Nibaldo Villegas tras su muerte para tomar posesión efectiva de una de éstasy que fingió llorarcuando le dieron el pésame.
La empleada subió al estrado del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Viña del Mar durante esta tarde, pues fue ella quien atendió a la acusada luego del deceso del profesor.
“Llamo al número y se acerca la imputada, Johanna Hernández, entonces me dice ‘quiero preguntar por unas propiedades a nombre de don Nibaldo Villegas»”, relató la secretaria, quien aseguró que la acusada pretendía tomar la posesión efectiva del inmueble.
Según su testimonio, en ese momento -mientras le ayudaba en dicho proceso- la viuda reconoció a una trabajadora del lugar y se puso a llorar desconsoladamente.
“Comienza a sollozar y justo en el público hay una persona que (también) la reconoce y le da las condolencias, el pésame, (le dice) que esté tranquila”, relató.
Durante ese episodio -afirmó Patricia- los empleados del conservador la asistieron y le dieron un vaso de agua con azúcar para que se tranquilizara.
Cuando terminó de llorar “se voltea hacia mí (…) y ella en sus ojos no tiene una lágrima, nada, después de haber sollozado. Yo la quedo mirando y le sigo dando las instrucciones”, añadió.“En sus ojos, insisto, no hay una lágrima”, sentenció.
Otros testigos
A Patricia Aldunate se suman las declaraciones entregadas hoy por la teniente de la Armada, Nicole Torres, quien participó en la recuperación del torso en el mar el día del hallazgo y la del subcomisario de la Brigada de Homicidios (BH) y perito de la PDI, Gabriel Alarcón.
Este último contradijo los relatos de los imputados Francisco Silva y Johanna Hernández, pues -a diferencia de los acusados- sostuvo que el desmembramiento del docente no ocurrió en la casa de la víctima, sino que durante la fogata en la playa Las Docas, Laguna Verde.
Asimismo, indicó que el asesinato fue premeditado y planificado y que incluso ambos imputados tenían una coartada par cubrir el crimen, la que evidentemente fracasó.
Según detalló, Silva y Hernández escribieron una carta de suicidio, firmada a nombre de Nibaldo. Luego pretendían realizarle cortes en las muñecas, todo ello para que “el día de mañana permitiera inferir a policías, familia y Ministerio Público” que la víctima se había quitado la vida, sin intervención de terceros.
El juicio continuará mañana viernes en el tribunal viñamarino.