Un niño de dos años se salvó de ser aplastado por una palmera de más de 9 metros en Tailandia.
Tong Gosungnern jugaba con unos amigos frente a su casa cuando el árbol se precipitó.
Los demás niños escaparon, pero él se quedó contemplando la caída. Una mujer lo alcanzó a tomar en brazos, por lo que resultó ileso.