«Los cambios no han sido mayores». Esa es la conclusión de Jorge Barredá, dirigente de los funcionarios del Servicio Nacional de Menores (Sename), respecto de la situación actual del organismo respecto al momento en que estalló la crisis hace 16 meses, tras la muerte de Lissette Villa en un centro de Estación Central, según informó este jueves radio Cooperativa. Barredá fue entrevistado a propósito del rechazo del informe de la comisión investigadora del Sename II en la Sala de la Cámara de Diputados.
Al respecto, el dirigente afirmó que «como trabajadores le vamos a asignar un valor positivo a todas las circunstancias que puedan ayudarnos a poder solucionar los problemas que constantemente enfrentamos». Sin embargo, insistió en que durante este tiempo no han mejorado las condiciones de los centros a lo largo del país. «La infraestructura de los centros sigue igual, las condiciones respecto a los trabajadores siguen igual, la falta de trabajadores para hacer intervenciones no sólo desde lo profesional, sino que principalmente desde el trato directo, sigue igual y a nosotros se nos sigue recargando de trabajo, seguimos teniendo trabajadores haciendo sobreturnos que pasan más de 24 horas en los centros», explicó. Consultado por los $2.500 millones adicionales en el presupuesto para mejorar la habitabilidad de los centros, sostuvo que, «por los informes que hemos recibido, fueron ocupados comprando especialmente mobiliario, algunos PlayStation para algunos centros que fueron algunas peticiones iniciales de los jóvenes también. Pero con eso no nos da». «Hoy tenemos todavía en el centro de Limache se nos llueve el gimnasio de los jóvenes, baños sin reparar, casas sin las condiciones necesarias para hacer la atención, casas con hongos, sin las necesidades básicas que los jóvenes necesitan cubrir», detalló. «Lamentablemente para la cantidad de centros que hay en el país, 2.500 millones en el servicio no es nada», aseguró.
